martes, 10 de mayo de 2011

Amor eterno

- Nos conocimos siendo tan solo unos niños ¿te acuerdas? Yo jamás podré olvidarlo, fue el mejor día de mi vida. Te vi sonreír y creí haber descubierto un tesoro mucho más valioso que todo el oro del mundo tras tus labios. Me quedé inmóvil cuando me miraste con aquellos ojos, hasta el sol los envidiaba por brillar más que él. Intenté acercarme con torpeza y tropecé, te acercaste y me tendiste tu mano, parecía tan delicada que me daba miedo tocarla y que se rompiera. Me preguntaste si estaba bien y tu voz me cautivó "Sí, ahora sí" contesté. Desde aquel momento supe que jamás podría separarme de ti y cogí tu mano para jamás volver a soltarla. Quise agradecerte haber podido conocerte y te regalé un anillo de plástico que había conseguido en una de aquellas bolas de las sala de recreativos, me arrodillé y te prometí que algún día nos casaríamos, dándote nuestro primer beso. Hoy quiero hacer honor a mi palabra – Se arrodilló como hizo la primera vez y abrió una cajita de cuero que escondía un anillo idéntico al de cuando eran niños, pero esta vez no era de plastico. - ¿Quieres casarte conmigo? – Una lágrima recorrió sus mejillas y tras un eterno segundo, dijo:
- Sí, quiero.

sábado, 9 de abril de 2011

Tan solo un segundo

Te tuve un segundo entre mis brazos y te escurriste como agua entre mis dedos. Te quise tan solo un segundo y en ese segundo me sentí más vivo que nunca. En un segundo fui capaz de conocerte y comprenderte mejor que nadie. Solo necesité un segundo para darme cuenta que no duraría, de que todo había acabado, pero fue más que suficiente. Gracias a ti he aprendido que cada segundo de mi vida puede ser especial y camino sin detenerme esperando encontrarme al fin con ese segundo que dure eternamente, con ese beso que jamás se acabe, con ese abrazo que jamás me suelte, con esa sonrisa que jamás entristezca, con esa mirada que me hechice y ese corazón que me quiera.

lunes, 17 de enero de 2011

En el infinito y adorado infierno

Un ángel cayó del cielo, humano por un día fue su deseo. Recorrió las calles y vio la creación de su señor, que era todo perfección ¿Cómo pudo crear tal aberración? Odio por doquier, guerras en todas y cada una de las tierras, muerte, sufrimiento ¿Esta era la creación que tanto amaba su señor? Entonces lo vio pasar, sus miradas se cruzaron solo un instante, una fugaz mirada les hechizó para siempre. Se conocieron por casualidad, el destino los unió sin que ellos se dieran cuenta, aún no se conocían, ni siquiera sabían sus nombres, pero sus almas se unieron como dos piezas de un rompecabezas, pues de dos almas gemelas se trataban. Él sabía que a la mañana siguiente ya no iba a estar allí, debía volver a la tierra prometida, recuperar sus alas, pero no las quería si él no venía. Sería capaz de renunciar al paraíso con tal de vivir en un infierno a su lado, pero sabía que aquello jamás ocurriría. Fue tras él y cogió su mano, era cálida como el sol y suave como las nubes. No hicieron falta palabras. Conoció la dulzura de sus labios, la delicadeza de sus manos, la ternura de sus palabras, la pasión de su cuerpo ¿Cómo iba a poder renunciar a aquello después de haberlo probado? Lo abrazó con fuerza, como si jamás pudiese volver a verlo. Cerró los ojos y notó el calor, ¿a caso era su imaginación? pero no los abrió. Y allí, en una habitación vulgar, en un mundo vulgar, un ángel y su alma gemela ardieron en las llamas de su amor para jamás renunciar a él.